Un día te despiertas, escuchas una voz en tú cabeza que te dice con tono meloso:
¿No tienes nada mejor que hacer, porque no te haces artista?
¡Zas! Brincas de tu cama emocionado, te duchas, tomas un desayuno de campeones, y
Te das cuenta que no tiene ni idea por dónde empezar.
Pero calma, para eso existe esta guía de ocho pasos para ser artista:

Primer paso:
Descubre tu talento.
Pero, ¿Qué es el talento?
El talento es una predisposición innata para algo. Por ejemplo para ser doctor, contador público, futbolista, chef y claro para ser artista.
Tenemos que estar claros que no sólo tenemos talento para una cosa, en realidad podemos sentir predisposición para múltiples disciplinas. Por ejemplo hay quienes son músicos y abogados y son buenos en ambas.
Yo en lo personal descubrí que sentía afinidad por el teatro, baile, comunicación y pintura. E incursioné en todas ellas. Al final me decidí por la pintura como carrera.
Segundo paso:
Aprende las reglas, estas son herramientas para el artista.
Toda disciplina tiene reglas específicas, muchas se han perfeccionado con los años. Es así que la técnica del óleo tiene por lo menos 600 años de ser utilizada y la experiencia de cientos de artistas por no decir miles nos ofrece un compendio de su mecánica.
El arte se construye sobre el arte, ahí está todo; teoría del color, diseño, dibujo…
No tenemos que inventar el agua tibia.

Tercer paso:
Practica con disciplina
La constancia es fundamental. Un corredor de velocidad entrena meses e incluso años solo para correr en una competencia de menos de un minuto.
La práctica hace al maestro, esta es una máxima irrefutable.
No todo lo que pintas es bueno, mucho tendrá una calidad media y muy pocos trabajos serán excelentes. Por eso hay que trabajar mucho, además ese trabajo constante respalda y da seriedad a nuestro proceso creativo.
Pinta de ser posible todos los días.

Cuarto paso:
Déjate influenciar.
En mis tiempos de estudiante en Bellas Artes, un compañero justificaba al profesor que “él no iba a exposiciones para no contaminarse”. Nunca olvidaré la cara épica del profesor y su consecuente respuesta: “no somos islas, somos producto de nuestro medio y entre más nos “contaminemos” más enriquecemos nuestro trabajo, así que déjate de pendejadas”.
Lo repito: el arte se construye sobre el arte.
Quinto paso:
Crea tu concepto.
El arte tiene cuerpo y espíritu. Estética y concepto.
El arte ante todo es comunicación.
Comunicación de un concepto.
Así como se desarrolla la estética por medio del dominio y exploración de la técnica, igualmente tienes que profundizar y enriquecer ese concepto por medio de la teorización e investigación, ese será el motor que te mantendrá creando aun cuando no llegue la “inspiración”.
Tu concepto artístico refleja tu visión del mundo, como lo percibes y entiendes.
Los movimientos artísticos como el surrealismo, la abstracción, el Pop crearon manifiestos artísticos para aportar sustancia a la técnica.

Sexto paso:
Desarrolla tu propio estilo
El estilo es algo complicado. A veces lo confundimos con una forma de pintar que intentamos adoptar pero que termina siendo un cajón que nos aprisiona.
El estilo es un leguaje personal que surge con el tiempo y que fluye naturalmente a través de nuestras pinceladas, la elección de los colores y hasta el tratamiento del tema elegido.
Utilizaré una metáfora: Imagina a un artista que esculpe una estatua de mármol barroca, muy decorada; llena de cientos de detalles y delicados acabados. Cuando está terminada la deja rodar por la pendiente de una gran ladera, conforme desciende rodando abruptamente y con cada golpe pierde aristas, detalles, fragmentos, lo superfluo.
Al final del recorrido solo queda lo contundente, lo que resistió el largo trayecto colina abajo, lo importante.
Eso es el estilo.

Séptimo paso:
Haz curriculum
No eres un árbol, muévete.
A un colega, cuando se le preguntaba cuál era su plan al salir de Bellas Artes, solía decir: “El plan es que me descubra un galerista y así poder pintar sin preocupaciones”, lo peor es que lo decía en serio. Al final creo que no fue descubierto que yo sepa
Parece chiste, pero este tipo de pensamiento es una especie de fantasía recurrente.
Claro, así no funciona la vida o al menos no en la gran mayoría de casos. Por eso debemos movernos por nuestra cuenta, buscar espacios para mostrar y promocionar nuestro trabajo.
Empieza por lo más fácil: Casas de la cultura en tu barrio, instituciones públicas y luego alguna galería más formal.
Hazte una página web, usa las redes sociales. Busca información sobre convocatorias, concursos, galerías físicas o virtuales y ferias.
Enfrenta tu trabajo a la crítica y a las curadurías. Te dejo el link de dos artículos que hablan al respecto: ¿Debo permitir las críticas de arte a mi trabajo?, ¿Que es una Curaduría de arte? ¿Para qué sirve?
Con esto poco a poco te darás a conocer y tu curriculum será cada vez más interesante.
Ten presente que esto lleva tiempo y trabajo, además del tiempo y trabajo que lleva los pasos anteriores.
Octavo paso
Elige tu estrategia a largo plazo
En este punto debes cuestionarte cuáles son tus expectativas.
Podrías pintar mientras realizas alguna actividad paralela que te genere dinero para vivir. Como podría ser clases de arte, trabajos a pedido o algo completamente distinto, una cafetería o trabajos agrícolas solo por mencionar algunas opciones.
También está la posibilidad de buscar subvenciones estatales o privadas como becas artísticas, proyectos, residencias y hasta patrocinios.
Y al final está la opción que la gran mayoría del artista deseamos: Vender arte.
Si optas por esta opción te recomiendo leer este artículo que he escrito para aconsejar:
“Quiero vender ¿Cómo pongo precio a mis pinturas?”.
¡Y listo!.
Ser artista es más complejo que esta simple guía.
Obviamente, cada artista al final descubre y hace su propio camino, pero por algún lado hay que empezar.
Entonces. ¿Si ya escuchaste la voz melosa?
¿Para cuándo el primer paso?
